"(...)¡Quiero que os enfadéis!
No quiero que protestéis ni os rebeléis. No quiero que escribáis a vuestro congresista, porque tampoco sabría deciros qué escribirle. No sé qué hacer con la depresión, y la inflación, y los rusos y el crimen en las calles... ¡Solo sé que primero hay que enfadarse! Debéis decir: "¡Soy un ser humano, maldita sea! ¡Mi vida tiene valor!"
En este fragmento Arcadi Oliveres reflexiona sobre las conexiones de los
grandes poderes denunciando con nombre y apellido a los grandes
delicuentes responsables de esta crisis sistémica.